Participación

Instrumentos que influyen en las condiciones de vida

La participación ciudadana se entiende como un instrumento y una herramienta de trabajo que permite a la ciudadanía tomar parte en la decisión y construcción colectiva de aquellos aspectos o elementos que influyen en su entorno y/o en sus condiciones de vida.

Es un proceso de escucha activa y de deliberación que pone en común a todas las partes de una comunidad, compartiendo espacios, recursos, estrategias, metodologías, para conseguir mejoras en la calidad de vida de las personas y grupos de dicha comunidad.

Así, la participación activa de la ciudanía pretende el desarrollo comunitario y la implicación en el conocimiento y capacidad individual y colectiva de respuesta a los problemas económicos, ambientales y sociales de su entorno y a la mejora de sus condiciones de vida.

Las experiencias de democracia participativa buscan, mediante la implicación activa de la ciudadanía, el empoderamiento de la misma para el logro de una mayor participación política y mejora de su calidad de vida. Se trata de poner en marcha iniciativas para potenciar la implicación activa de las personas en las dinámicas internas y externas, así como en la calidad democrática de las decisiones de sus órganos de gobierno.

Normalmente, estas iniciativas de participación reúnen las siguientes características:

  • Las personas participantes pueden incidir en la resolución de un problema de naturaleza colectiva o en la temática relacionada con el proceso de participación y, por tanto, también en los resultados, ya sea aportando elementos de diagnóstico, planteando propuestas, tomando decisiones o implementando soluciones.
  • Refuerzan la capacidad de las entidades ciudadanas para fomentar la participación y fortalezcan el aprendizaje. Contemplan acciones de información, consulta, deliberación y/o codecisión.
  • Empoderan a las personas participantes e influyen en la mejora de su calidad de vida y en la consecución de mayores cuotas de participación política. Las mismas personas pueden evaluar el proceso participativo.
  • Difunden la cultura de la participación.
  • Los procesos promueven la participación ciudadana de manera organizada, planificada y bien estructurada. Las experiencias se pueden sistematizar, de modo que tanto la propia organización como otras entidades puedan aprender de dichas experiencias.
  • Atienden especialmente a la eliminación de desigualdades entre hombres y mujeres, y a la ruptura de roles de género.
  • Fomentan el derecho de toda persona al acceso y participación en igualdad de condiciones, atendiendo especialmente a la participación de asociaciones y/o personas de diferentes orígenes, a la diversidad por orientación sexual o identidad de género, la diversidad funcional y discapacidad, la diversidad étnica y religiosa, entre otros.

Las iniciativas de participación suelen orientarse a la puesta en marcha de actuaciones del siguiente tipo:

 

 

  • Fortalecimiento del aprendizaje y la capacidad de la entidad ciudadana en relación con la participación ciudadana, mediante actividades de educación, sensibilización, formación capacitación o comunicación ciudadana.
  • Promoción de la cohesión social, fomentando la colaboración intergeneracional, y la participación de colectivos de personas con problemas de integración y/o exclusión social para potenciar sus capacidades y mejorar sus condiciones de vida.
  • Promoción de algún desarrollo estratégico con la participación de las personas y/o entidades asociadas.
  • Implementación de procesos y espacios de participación plurales y abiertos que permitan una participación numéricamente amplia y socialmente diversa, fortaleciendo e implicando a la ciudadanía en el diagnóstico y la construcción de respuestas a alguno de los problemas de la comunidad, y a la defensa de los bienes comunes.

Puesta en marcha de experiencias de manera planificada y estructurada y que promocionen la innovación social y el trabajo en red entre entidades y de éstas con las instituciones y la ciudadanía.

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