Hemos tenido recientemente la oportunidad de conocer in situ, el trabajo que desde hace ya siete años vienen realizando en el Centro de Mayores de Fuentecillas de Aspanias Burgos.

Pudimos escuchar y después observar en el desarrollo de su trabajo diario, cómo la filosofía y teoría de la calidad de vida, se aplica con excelencia.

¿Las claves?

Por un lado, un espíritu aprendiz permanente acompañado de grandes dosis de conocimiento sobre las personas, la discapacidad intelectual y lo que nos sucede en la etapa final de la vida, al menos la que conocemos. Una continua apertura al cambio,sabiendo que lo que hoy funciona puede no ser válido en poco tiempo, aceptación de la realidad del deterioro, aprecio por las raíces y las reminiscencias, estética y afecto, por parte de un equipo profesional conectado y comprometido con las personas con las que trabaja.

Por otro lado, un sistema que sabe cuáles son las prioridades, que vela por la armonía en sus espacios y actividades, las preferencias y características de cada persona para lograr su bienestar emocional. Ratios y rotaciones que garanticen un ambiente seguro y de confianza, profesionales que trabajan con rigor en la búsqueda continua de equilibrio entre disciplinas que abordan la mente, el cuerpo y el espíritu.

En definitiva, una cadena que no falla, cuando los muchos saberes que poseemos y que vienen fundamentalmente de a los que decimos que “ayudamos” (organizaciones clientes – personas usuarias), se comparten con generosidad y pasión.

Con agradecimiento desde el equipo de ARETé-activa al Centro de Fuentecillas de Aspanias Burgos y en especial a José Luis Ortúñez y Laura Olmos.