A todos nos gusta que nuestros méritos sean reconocidos. Es cierto, nos apetece más trabajar y nos esforzamos más cuando sentimos que obtenemos compensación y reconocimiento a cambio. A nadie le gusta trabajar sin ser valorado. Pero, ¿se puede medir ese esfuerzo para valorarlo? Y, ¿para qué sirve medirlo? Te explicamos en qué consiste y por qué es realmente útil la evaluación del rendimiento para motivar a tus trabajadores.

El feedback y la evaluación del rendimiento constituyen dos factores fundamentales a tener en cuenta para la buena marcha de una organización empresarial. Pero lamentablemente solo un porcentaje aproximado del 3% de empresas en España, lo llevan a cabo.

De ahí que se mantengan las eternas dudas en los empleados, puesto que desconocen si están mejorando y si su esfuerzo diario sirve para algo. Algo que tiene consecuencias no deseadas para las compañías: mala comunicación entre los distintos estamentos, poca motivación en el personal, disminución de la calidad y la productividad, etc., son las situaciones más habituales.

Y se puede pensar que esto no es así, puesto que cuando alguien lo está haciendo mal, normalmente se le comunica rápidamente, y cuando lo hace bien, no se le dice nada ya que es su obligación. Formas de pensamiento completamente arcaicas y que han demostrado no funcionar a lo largo de los años.

Tampoco son suficientes las evaluaciones informales en las cuales se pronuncia un ‘está bien’ o ‘esto no es suficiente’.

El equipo de Recursos Humanos de la compañía o un servicio externo puede realizar un método factible que evalúe de manera seria y válida cuál es el grado de cumplimiento de aquellos objetivos que cada empleado debe cumplir. Tanto de manera individual como de forma global por departamentos. Veamos pues para qué sirve.

Para qué sirve la Evaluación del rendimiento para Motivar a tus Trabajadores

Para qué sirve la evaluación del rendimiento

¿Qué se consigue con este método?. Pues, grosso modo, lo que se pretende lograr es una medida de carácter sistemático, integral y objetivo del rendimiento y la conducta profesional, y ver si se logran los resultados deseados. De tal manera que se comprobará si se realiza un trabajo de calidad en un período de tiempo determinado.

Pero, ¿se trata de un examen que si no es superado conlleva el despido del trabajador?. Ni mucho menos. Se trata de realizar una evaluación que sirve para detectar los aciertos y los errores.

¿Con qué fin?. Con el fin de alentar al empleado y fomentar aquello que está haciendo bien. Y corregir o subsanar los posibles fallos que se están cometiendo, estudiando los motivos por los que se producen y las soluciones que pueden ser aplicadas.

De esta manera, se identifican las capacidades, fortalezas y posibilidades del personal. También si existe algún tipo de carencia y deficiencia para ser solucionada. En ocasiones, una persona está desarrollando un tipo de trabajo que no se ajusta a su perfil cuando tiene unas habilidades que destacarían en otro puesto.

De este modo se pueden establecer cambios de personal a otros puestos de trabajo diferentes que los que desarrollan hasta el momento, e incluso ascensos para así retener  y no desaprovechar el talento.

Esto sirve para que los trabajadores de la organización sientan que esta les presta ayuda para que su rendimiento sea mejor, mayor su productividad, pero también se sientan más realizados, satisfechos y motivados. La información que se le proporciona no genera ningún tipo de malestar, sino que le orienta a realizar mejoras en el desempeño de su trabajo.

¡Ojo!, la evaluación del desempeño no se debe convertir en un proceso únicamente para recalcar lo que se hace mal. Este tipo de filosofía, que ha sido aplicado en muchas empresas desde la óptica errónea de que un trabajador sometido a presión es más productivo, está completamente equivocada. Es más, resulta del todo desfasada, puesto que se basa en la filosofía de los yuppies de los años 80.

Y ahora viene la gran pregunta, ¿cómo se debe llevar a cabo?. Te explicamos la manera de hacerlo.

Cómo realizar la Evaluación del rendimiento para Motivar a tus Trabajadores

Cómo realizar la evolución del rendimiento para motivar a tus trabajadores

En primer lugar es muy importante planificar de forma acertada una evaluación del rendimiento que cumpla su cometido, y no improvisar. De esta manera será como obtendremos resultados satisfactorios. Y también es importante contar con la colaboración de las mismas personas trabajadoras. También es deseable que los evaluadores sean personal ajeno a la organización para que no estén contaminados. Para ello, seguiremos los siguientes pasos:

Obtención de parámetros de evaluación

Para lograr unos datos fiables seguiremos el siguiente proceso de manera periódica:

  • Estudio de los distintos puestos de trabajo.
  • Comparación de las tareas desempeñadas con los criterios en los que se basan las descripciones de los citados puestos.
  • Revisión de las evaluaciones realizadas con antelación, si las hay.
  • Revisión de los trabajos desempeñados.
  • Análisis de la problemática existente, si la hay.
  • Entrevista a los empleados para preguntarles cuál es la descripción de su puesto, el trabajo que realiza, los problemas, lo que está bien a su parecer y los comentarios y sugerencias que quieran realizar.

Análisis y evaluación

Una vez obtenidos, se hace un cuidadoso análisis de todos los datos y la evaluación, que debe basarse en los siguientes puntos:

  • Si los objetivos encomendados son correctos.
  • Motivación.
  • Habilidades.
  • Cualidades.
  • Potencial.
  • Identificación del talento.
  • Identificación de las formas más convenientes de retención de dicho talento.
  • Establecimiento de metas y objetivos compartidos entre el trabajador, el negocio y el resto del equipo.
  • Plan para reforzar las fortalezas y solucionar las debilidades de los empleados.

Qué se consigue con la Evaluación del rendimiento para Motivar a tus Trabajadores

Qué se consigue con la evaluación del rendimiento

Son múltiples y variadas las ventajas que se consiguen con este procedimiento:

  • Mejora del rendimiento laboral.
  • Eliminación de la frustración en el personal y los directivos.
  • Estimula y aumenta la productividad.
  • Mejora de las relaciones entre el personal y la dirección.
  • Mejora de la comunicación interna de toda la organización.
  • Mejora en el desempeño del trabajo.
  • Conocimiento del trabajo a desarrollar.
  • Obtención de orientación al personal en el desempeño de sus funciones.
  • Obtención de reconocimiento.
  • Corrección de las desviaciones.
  • Fomento del potencial de los trabajadores.
  • Favorece y facilita la toma de decisiones y la asunción de responsabilidades.
  • Aumento de la motivación.
  • Implantación de una cultura de premios al personal por sus actuaciones, competencias, realización del trabajo, rendimiento y resultados.

Por estos importantes motivos te recomendamos implantar de la mano de profesionales un sistema periódico de evaluación del rendimiento para motivar a tus trabajadores.

Imagen: Ingenio Global